martes, 30 de noviembre de 2010

Arriesgarse como la peluquera que no entiende la frase esa de:"Sólo quiero cortarme las puntas".

-¿Quiénes dijeron que la mayoría tuviera que tener razón?
 -Los cobardes.
¿Quiénes fueron los primeros que empezaron a mirar mal a aquellos que bailan y cantan por la calle sin paraguas un día de lluvia?
 -Los envidiosos.
¿Quiénes dicen qué es lo que está de moda y qué es lo que no se lleva?
 -Los vanidosos.
¿Quiénes fueron los primeros que empezaron a etiquetar a los de su alrededor?
 -Los traidores.
¿Quienes me llamaron idiota por buscar mi carta de Hogwarts cuando tenía once años?
 -Los pesimistas.
¿Quénes valoraron mi carrera como una alternativa sin futuro?
 -Los escépticos.
¿Quiénes criticaron mi forma de pensar?
 -Los intolerantes.

¿Qué me aportaron todos ellos?
-Nada.


Derriba los muros del prejuicio de una patada.
Mira a tu alrededor,observa,analiza,piensa,opina,actúa.
Y recuerda siempre que los límites son una prueba para los más valientes.
Una vez que empujas uno,los demás caen como si fueran fichas de dominó.

lunes, 22 de noviembre de 2010

Hablando para nadie,otra vez.

Bueno,para empezar una pequeña disculpa por no escribir durante casi un mes,pero la verdad esque cada día tengo menos noción del paso del tiempo.

Después de aquel "huracán" simbólico en el que me encontraba creo que por fin se aproxima algo de calma,asique volveré a escribir con frecuencia dentro de muy poquito.

También quería comentar que tengo un nuevo proyecto sobre un blog que si todo sale bien ya os contaré,pero que ni en broma voy a abandonar este rincón sobre las cosas pequeñas.
Muchas gracias a todos.
Creo que no tengo nada más que decir por hoy.

Nos leemos!
Matt Rawr! Allyouneedislove.

lunes, 8 de noviembre de 2010

La tormenta sólo es el preludio del huracán.

Lo pensé esta tarde mientras miraba por la ventana.
Al principio sólo soplaba una leve brisa que tomó confianza y se convirtió en un viento capaz de llevarse el paraguas de algún descuidado.
Al rato,como si alguien estuviera soplando hasta quedarse sin pulmones, un viento feroz jugaba con las ramas de los árboles,agitándolas a su voluntad.

Cuando salí a la calle el viento aún rugía con fuerza.
En ese momento me hubiera gustado que se hiciera más fuerte aún,que se conviertiera en un huracán.
Y dar un salto casi infinito para colarme allí,en mitad de la tormenta.
Es una buena forma de huir de los problemas,entregarte al huracán y volar hasta aterrizar donde no te puedan encontrar nunca.

El viento se calmó como si hubiera leído mis pensamientos y se estuviera burlando de mí.
Entonces comprendí que lo estaba haciendo mal.
No tengo que huir de mis problemas ni esperar a que el viento se los lleve.


Empezaré a soplar poco a poco,cada vez con más fuerza para erosionar todo aquello que me preocupe.
Y al final,con la fuerza de un huracán,mandar los restos con un soplido más allá de la Tierra,para que se conviertan en polvo estelar.

jueves, 4 de noviembre de 2010

Una linterna es prácticamente invisible a plena luz del día.

Nos sentimos seguros caminando de día.
Cuando podemos ver el sol los miedos parecen ridículos,creemos tener la fuerza suficiente para enfrentarlos.
Al caer el sol las farolas comienzan a iluminar las calles y las ventanas de las casas se tiñen de color amarillo.
Los coches encienden sus faros y los locales sus carteles luminosos.
Y aún así,cuando la bóveda celeste se tiñe de negro hay demasiada luz.

Cuando las personas nos perdemos,nos buscamos bajo la luz del día,donde todo queda a la vista.
No nos atrevemos a adentrarnos en la noche,en la oscuridad,porque estamos acostumbrados a la luz,y con ello a la ceguera que nos causa.

Encontrarse es buscar por la noche,alejados del mundo.
Levantar la cabeza y mirar al cielo,aunque sólo veamos una estrella.
No dejarse llevar por el miedo y avanzar.
Descubrir una estrella detrás de otra en el cielo por cada pasito que demos.
Y al final descubrir que somos como las estrellas del cielo y que,aunque no se aprecie con la luz del día,brillamos constantemente.

lunes, 1 de noviembre de 2010

Creía que la guerra de este siglo iba a ser con armas de rayos láser,naves espaciales y otros tópicos futuristas.

Si le preguntas a cualquier persona si está en contra de la guerra seguramente te responderá que sí.
Si le preguntas el por qué no lo pensará mucho,dirá que es porque "son malas" o "muere gente".

Solía cometer el error de situar las guerras en la línea del pasado,aunque también imaginaba que podría darse una guerra mundial a lo superproducción americana.

Me pregunté los motivos por los que se declara una guerra.
Llegué a la conclusión de que cualquiera podría provocar una guerra y además de la forma más absurda posible.
Un comentario inapropiado,un insulto,un golpe,una mirada de superioridad son cosas que provocan conflictos a diario y que están al alcance de nuestra mano.
La soberbia,la ambición de poder o subestimar las ideas de los demás también desencadenan guerras.

Tal vez en estas nuevas "guerras" no mueran personas,pero pueden ser el inicio de una guerra mucho mayor.
Las palabras pueden llegar a ser misiles que reduzcan edificios a ruinas.
Una mirada de desprecio duele como si te dispararan con una metralleta.
Y la respuesta cargada de venganza a alguna de estas provocaciones puede ser tan letal como una bomba atómica.

Y esque las guerras son eso: intolerancia,desprecio y odio.
Por eso me asusta pensar que algún día cercano las palabras de alguien vuelvan a destruir ciudades enteras.