Nos sentimos seguros caminando de día.
Cuando podemos ver el sol los miedos parecen ridículos,creemos tener la fuerza suficiente para enfrentarlos.
Al caer el sol las farolas comienzan a iluminar las calles y las ventanas de las casas se tiñen de color amarillo.
Los coches encienden sus faros y los locales sus carteles luminosos.
Y aún así,cuando la bóveda celeste se tiñe de negro hay demasiada luz.
Cuando las personas nos perdemos,nos buscamos bajo la luz del día,donde todo queda a la vista.
No nos atrevemos a adentrarnos en la noche,en la oscuridad,porque estamos acostumbrados a la luz,y con ello a la ceguera que nos causa.
Encontrarse es buscar por la noche,alejados del mundo.
Levantar la cabeza y mirar al cielo,aunque sólo veamos una estrella.
No dejarse llevar por el miedo y avanzar.
Descubrir una estrella detrás de otra en el cielo por cada pasito que demos.
Y al final descubrir que somos como las estrellas del cielo y que,aunque no se aprecie con la luz del día,brillamos constantemente.
Eso te iba a decir yo cuando empece a leer,que a mi me encanta la noche,y que todos somos estrellitas (:
ResponderEliminarHola, ¿qué tal?. :)
ResponderEliminarAsí es, todos brillamos aunque no se note.
A veces ni siquiera nosotros mismos somos conscientes de nuestra propia luz..
Muy buena reflexión.
Te sigo, saludos. :)
Ay!...Que bonita la noche cuando todas las estrellas, por insignificantes que sean, tienen la oportunidad de que las veamos brillar
ResponderEliminar:)
Un abrazooo!