martes, 5 de octubre de 2010

No me refiero ni al viento,ni al frío,ni a la lluvia ni al calor.

Continuamente pasamos por el ciclo de las cuatro estaciones al igual que los árboles.
La diferencia esque su meta siempre va a ser la misma: crecer.
Nosotros tenemos la suerte de poder marcar nuestras propias metas.

El otoño.
Consiste en desprenderse de las hojas viejas para hacer crecer unos nuevos brotes.
Al igual que con los árboles,este proceso es lento,no es fácil prescindir de los antiguos objetivos,se hayan cumplido o se hayan marchitado sin cumplir.
Un objetivo abandonado es como un tallo seco,jamás volverá a crecer,por lo que hay que empezar a generarlo de nuevo.

El invierno.

Es una prueba para comprobar si los brotes,es decir,los propósitos son sólidos y si de verdad existe una intención de hacerlos realidad.
Es luchar contra el viento helado con todas tus fuerzas,resistir para que el hielo no destruya tus pequeños tallos y para que tampoco quiebre las ramas que los mantienen.
Además de eso,algunos pájaros intentan picotear los brotes y te echan la mierda encima.

La primavera.

Es el momento de calma tras los intensos meses de lucha contra la tempestad.
La primavera es época de autosatisfacción por el éxito obtenido o de curación de los daños que hayamos podido sufrir durante el invierno.
Aún así,en esta estación siempre aprendemos algo,habiendo ganado el asalto o no.
Es el paso final para que nuestros tallos por los que tanto hemos luchado florezcan o empezar a generar otra vez los nuevos brotes.

El verano.

Nuestros tallos han crecido.
Primero se han convertido en pequeños capullos para después florecer.
La luz del sol se refleja sobre las hojas,bañándolas en color dorado,el color de la victoria.
Los pájaros celebran nuestro logro y cantan y bailan a nuestro alrededor.
Nos sentimos el árbol más grande y bonito de toda la faz de la Tierra.

3 comentarios:

  1. Joder,que buena manera de verlo,nunca lo había pensado asi,es demasiado decir que llegarán a florecer,porque la mayoria se quedan en nada,pero me ha gustau mucho :)

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  2. Si de verdad es un objetivo siempre llegará a florecer por muchos inviernos y otoños que pasen.

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  3. por seguir cada estación al pie del cañon.
    Toca hacer crecer los nuevos brotes, una de las más duras tareas, luego, suerte en tu conquista del mundo, pues te complacerá con el más sano árbol y piensa que nunca es empezar de nuevo siempre es una tarea continuada.Me encanta la perspectiva. :P .un besote observador del mundo.

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