sábado, 25 de septiembre de 2010

De hojas naranjas,verdes y amarillas.

Cuando muera,me gustaría ser un árbol.

Un árbol gris con ramas largas,rozando el cielo.

Y también flexible,para bailar al compás de los susurros del viento.

Con la corteza blanda,para todo aquel que quiera dejar una huella en mí escrita arañando mi superficie aunque me haga sangrar savia,cuando cicatrice habrá merecido la pena.Seré la envidia de los demás árboles de mi alrededor cuando vean que mi tronco está lleno de pasión humana.

Mis raíces serán fuertes y gruesas,para no caer mientras los niños me abrazan y juegan por mis ramas.

Mis hojas de muchos colores en otoño caerán,decorando el suelo y avisando que el año está a punto de acabar.

En mí los pájaros harán sus nidos,veré poner sus primeros huevos,estaré atento al momento en el que eclosionen,miraré con curiosidad como alimentan a sus crías,agitaré las ramas a modo de felicitación cuando aprendan a volar y bajaré mis ramas con tristeza a modo de despedida.

Escucharé los latidos de la tierra e intentaré imitar su ritmo con mi respiración,mientras lleno de oxígeno la atmósfera.

En primavera las puntas de mis ramas florecerán,llamando a las abejas que juguetearán a mi alrededor y llevarán mi polen por todo el mundo.

Viviré mucho tiempo.Veré muchas cosas.Me haré sabio.
Tal vez conozca a tus hijos,a tus nietos,a los hijos de tus nietos...y tendré el suficiente tiempo para meditar acerca de lo efímera que es la vida.

Por eso si ves un árbol de corteza blanca,rózale con las yemas de tus dedos y piensa en mí,porque puede que dentro de una vida,sea yo ese árbol.

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